RESEÑA A UN DOCUMENTAL DE NUESTRO CINE ENCONTRADO... UN CAMINO POR RECORRER

Se necesitaron muchas manos y zorras para cargar unas latas desvencijadas que se encontraban en un cuarto bodega del antiguo Teatro Unión que era el icono del barrio " el volante" de la Bucaramanga de los años sesenta; se necesitaron muchas coca colas para que los hijos niños y adolescentes de los llamados deshuesadores de la zona " el tierrero " se tomaran con nosotros para ir separando cientos y cientos de cintas; con un único testigo, un Proyector Marca Peerles en perfecto estado que tenían encerrado en una esquina enmallada, como para que no se les escapara. Pero transcurrieron las semanas y el mes y medio justo para que esta comunidad nos advirtiera que ya estaba bueno de hablarles de la importancia de no botar las cintas al basurero de la ciudad, mucho menos junto a los escombros del teatro, pues podrían contaminar las aguas potables cada vez más escasas en nuestro país; y se necesitó, desde luego, de los trecientos mil pesos, moneda contante y sonante que Miguel Ángel Núñez Gracciani, personalidad académica y cultural de la ciudad, nos donara para que pudiéramos convencer al líder de ellos, el señor Noé para que nos dejaran salvar al menos 68 de las latas que podrían tener alguna clase de intervención archivística en este lejano y olvidado mundo de lo análogo y fílmico. Esta fue una primera acción, además de conversar con muchas personas, entidades, estudiantes, comunidades, redes y círculos de amigos. Transcurría el año de 2008 en una Bucaramanga; que veía tirar los pocos teatros que quedaban en pie. Habría que salvar qué ? ... pero si todo eso era porno dijo una señora de la gobernación al heredero del Teatro cuando fue a ofrecerle el edificio como bien de interés Cultural; el señor indignado lo vendió mal vendido a comerciantes de otra ciudad, que montaron una bomba de gasolina y tuvieron el decoro de ponerle La Unión. La carátula del documental del realizador William Jones, a quien entregamos apartes de una de las películas donadas y restauradas por nuestra Fundación parece arrojar una esperanza a esa absurda y para algunos loable obsesión de salvar lo insalvable: “Este documental busca devolverle a PELÍGAM lo que se merece, que no es otra cosa que dar a conocer su esfuerzo, su trabajo y su dedicación por promocionar el arte en Bucaramanga, y brindarle un reconocimiento por su fascinante visión del mundo, la de un hombre que hoy, a sus a sus 87 años, representa el espíritu de una “generación análoga” que se resistió a desaparecer en el olvido de una ciudad que pretende surgir en el mundo digital sin ningún referente. “PELIGAM” busca indagar en la vida y el desarrollo cultural de la ciudad, al tiempo que formula una pregunta: ¿Es este hombre un genio adelantado a su época, o un camaleón incomprendido que buscó adaptarse ante las carencias de su entorno social?” La reseña a esta película también es una tarea de catalogar para brindar elementos de visibilización y crítica de cine local, que alguna vez se mostrara en la ciudad con magníficos cine clubistas

 

Comentarios a propósito del documental  “Peligam”  realizado por William Jones Prada.

 

como Cineclub el hormiguero, Revista vista al sur, Moviola, entre otras. Sin ir más atrás en las épocas en que Carlos Álvarez, nuestro realizador insigne y lugareño de nuestro departamento quien reseñaba el cine de los sesentas y setentas en la cordial ciudad de Colombia a su vuelta de Argentina. Las pequeñas ciudades tienen una manera particular de relacionarse con sus espacios culturales y de divertimento; muchas de las postales de la antigua ciudad muestran un parque con un lago, múltiples avenidas, muchas quebradas en medio de casonas y puentes donde hoy solo hay calles y edificios, y si bien, el documental no es bizarro, si puede ser bizarra la manera como nuestros ciudadanos del ayer y hoy transformamos nuestros espacios en algo supuestamente, “ de mayor aceptación social,” cito la antigua concha acústica. Que es hoy? Un bar con vista a escenario, un escenario con bares al rededor. En fin, el fin del cine. El anunciado final para lo cual pudimos habernos preparado mejor. Pero quizá en algún momento muy pretérito alguien advierta que debajo de las capas una hermosa y diminuta plazuela de metal y hormigón, rodeada de rascacielos que allí existieron marcos de ventanas o entrepisos similares a un Teatro o coliseo de influencias de la medieval España; y que a lo mejor estas personas gustaban de disfrutar actos culturales en lugares públicos , sin importar a que clase social perteneciere; pues los sitios estaban asignados para la convivencia de las gentes; y para asistir en comunión a un estado mental que ya no sería propio a los bumangueses de ese futuro: el asombro. Ficha técnica: Guión y Dirección: William Jones Producido por: Lizbeth Torres/William Jones

En Coproducción con Funcinep Con el apoyo de la Gobernación de Santander Dirección de Fotografía: Alejandro Ardila Dirección de Arte: Nicolás Cadavid Música: Juan Felipe Arias Mezcla y Masterización: Federico Lozano Sonido Directo: Cristian Vera Montaje: Sebastián Cárdenas. Diseño Gráfico: Efraín Marino Traducción: Katherine Peterson Preparación de Actores: Luis Carlos Valero Vestuario: Irene Marcela Del Castillo Asesor jurídico: Carlos Andrés Toro Gutiérrez.