La recuperación del texto la debemos a la pesquisa del fotógrafo y médico Jaime Osorio, y a la generosidad de la nieta del Coronel, Martha Duque de Pavejeau, quien facilitó los manuscritos, información y demás material útil para la edición. Las fotografías, algunas también inéditas en el país, fueron enviadas, con exclusividad para el libro, por el Archivo Fundación Cineteca Pública, de Bucaramanga [fotos de Quintilio Gavassa], y de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. La transcripción original de los manuscritos está hecha por el propio hijo del Coronel: Hernando Duque Salazar.
La Institución Universitaria ITM, al incluirlo en la Colección Bicentenario de Antioquia, confía en que los expertos de la historia contemporánea encuentren en la publicación argumentos para explicar nuestra singular, y no exenta de paradojas, personalidad como Nación y País. Queda claro que con esta edición conmemorativa cumplimos el deber de mostrar a nuestros conciudadanos sus dolorosas penurias históricas y las endebles bases de eso que llaman orgullo nacional. La apuesta es por un territorio común que algún día logre superar el statu quo de amnesia selectiva o sopor de pueblo glorioso. Pareciera que sólo somos un pueblo experto en devorarse a sí mismo. En la antesala de Palonegro, el coronel Duque Ramírez consignaba en su diario: “Nuestra marcha era para el teatro de la guerra, que era Santander, pero de paso debíamos batir al revolucionario […], pero qué desgracia y qué barbarie, matarnos entre hermanos”. El singular teatro cambia de actores y locaciones; el infortunio perdura.
Rafael Uribe Uribe
La revolución de 1895 y sus posteriores consecuencias
La guerra del Liberalismo contra el gobierno del señor Caro duró menos de tres meses y el combate de Enciso, el 15 de marzo de 1895, presidido por el Gn. Rafael Reyes, dio fin a la revuelta.
“En el yelmo de otros días, vinieron a enjambrar las abejas de la paz”, sublime expresión del señor Suárez.
Para la guerra de 1899 salieron varios comisionados (Uribe Uribe, Modesto Garcés, Alirio Díaz Guerra, Celso Rodríguez, Siervo Sarmiento), al exterior. El presidente del Ecuador Eloy Alfaro suministró elementos suficientes para armar varias expediciones que invadieron Colombia por Ipiales. En Venezuela, el presidente Gn. Cipriano Castro dio armas, municiones y soldados. En Centro América estuvieron el Gn. Uribe Uribe y Modesto Garcés, incluido el panameño Belisario Porras, y con el presidente de Nicaragua, Gn. José Santos Zelaya, adquirieron fusiles, cartuchos, albardas, etc. Uribe Uribe en Guatemala con Belisario Porras buscaba armas con el presidente licenciado Manuel Estrada Cabrera, que había prometido a su antecesor Reina Barrios. Pero Estrada Cabrera los engañó.
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