PAISAJES DEVORADOS, EL MANIFIESTO
DE UN CINE NECESARIO
SINOPSIS
“Un falso documental que va tras los pasos de tres jóvenes realizadores mientras desarrollan una película sobre un presunto director de cine que reside a la sombra de un psiquiátrico de Buenos Aires. El hombre, un personaje misterioso e inusual a sus 70 años de edad, puede ser en efecto, el mismísimo director aunque con un nombre distinto, que desapareció después del caso no resuelto de una joven actriz asesinada en los años 60.”
En esta, su última película, Eliseo Subiela, conocido por su película “Hombre mirando el sudeste”, intenta resolver el género de este filme gracias a la técnica del llamado mockumentary -reto-, que por algunos momentos no estuvo del todo resuelto técnicamente, especialmente por las actuaciones; pero que suscita una reflexión eminentemente cinematográfica, a cerca de su propia génesis, su naturaleza y como lo dice la revista Otros cines … el director habla, esta vez a través de su alter ego sobre “ (la locura, la muerte, los sueños, Dios y todos los grandes tópicos).”
“Hagan un cine que sirva... que sirva a la gente a entender el mundo... o a soportar no entenderlo”, dice su protagonista encarnado por el mismo Fernando Birri, quien se proyecta de manera profética, inclasificable, alucinada y majestuosa.
La película es imperfecta, en eso estamos de acuerdo: pero su audacia es indiscutible, como también es innegable que el homenaje a Birri, o al mismo Subiela también abarca a los pioneros, Antonioni, Fellini o Rouch.
Tampoco es inferior el protagonismo que juega la locación escogida para la película: el Hospital Borda, que para muchos, no es ajena en virtud del trabajo de comunicadores como Alfredo Olivera, creador de la primera institución radial y mediática dentro de un psiquiátrico y elaborado por sus internos: “La Colifata,” allí , el equipo junto con sus personajes reales exploran la cotidianidad de los pasillos, salones y jardines del Borda, que debido a la nuestras economías pasa por una crisis. Se pudiera pensar que la situación no dista mucho de la óptica con que Antón Chejov se inspirara con su célebre pieza “El pabellón no. 6” en el año de 1.892, y que nos lleva a su misma conclusión: "Mi enfermedad sólo consiste en que en 20 años no he encontrado más que a una persona inteligente en todo el pueblo, y éste es un lunático."
Coincido con el director en que más allá de una crisis creativa en cabeza de un director ficticio intentando buscar algunas “ imágenes sugerentes y embriagadoras” , Subiela nos comparte este viaje internándonos en las profundidades de ese límite : “quedarse del lado de allá o devolverse”.
Es quizá mi percepción, pues si Subiela quiso ahondar en la locura, como fenómeno en los últimos cincuenta años en el hemisferio con Paisajes Devorados lo logró.
Buenos Aires, 1 Agosto 2013
http://www.fulltv.com.ar/peliculas/paisajes-devorados.html
SINOPSIS
“Un falso documental que va tras los pasos de tres jóvenes realizadores mientras desarrollan una película sobre un presunto director de cine que reside a la sombra de un psiquiátrico de Buenos Aires. El hombre, un personaje misterioso e inusual a sus 70 años de edad, puede ser en efecto, el mismísimo director aunque con un nombre distinto, que desapareció después del caso no resuelto de una joven actriz asesinada en los años 60.”
En esta, su última película, Eliseo Subiela, conocido por su película “Hombre mirando el sudeste”, intenta resolver el género de este filme gracias a la técnica del llamado mockumentary -reto-, que por algunos momentos no estuvo del todo resuelto técnicamente, especialmente por las actuaciones; pero que suscita una reflexión eminentemente cinematográfica, a cerca de su propia génesis, su naturaleza y como lo dice la revista Otros cines … el director habla, esta vez a través de su alter ego sobre “ (la locura, la muerte, los sueños, Dios y todos los grandes tópicos).”
“Hagan un cine que sirva... que sirva a la gente a entender el mundo... o a soportar no entenderlo”, dice su protagonista encarnado por el mismo Fernando Birri, quien se proyecta de manera profética, inclasificable, alucinada y majestuosa.
La película es imperfecta, en eso estamos de acuerdo: pero su audacia es indiscutible, como también es innegable que el homenaje a Birri, o al mismo Subiela también abarca a los pioneros, Antonioni, Fellini o Rouch.
Tampoco es inferior el protagonismo que juega la locación escogida para la película: el Hospital Borda, que para muchos, no es ajena en virtud del trabajo de comunicadores como Alfredo Olivera, creador de la primera institución radial y mediática dentro de un psiquiátrico y elaborado por sus internos: “La Colifata,” allí , el equipo junto con sus personajes reales exploran la cotidianidad de los pasillos, salones y jardines del Borda, que debido a la nuestras economías pasa por una crisis. Se pudiera pensar que la situación no dista mucho de la óptica con que Antón Chejov se inspirara con su célebre pieza “El pabellón no. 6” en el año de 1.892, y que nos lleva a su misma conclusión: "Mi enfermedad sólo consiste en que en 20 años no he encontrado más que a una persona inteligente en todo el pueblo, y éste es un lunático."
Coincido con el director en que más allá de una crisis creativa en cabeza de un director ficticio intentando buscar algunas “ imágenes sugerentes y embriagadoras” , Subiela nos comparte este viaje internándonos en las profundidades de ese límite : “quedarse del lado de allá o devolverse”.
Es quizá mi percepción, pues si Subiela quiso ahondar en la locura, como fenómeno en los últimos cincuenta años en el hemisferio con Paisajes Devorados lo logró.
Buenos Aires, 1 Agosto 2013
http://www.fulltv.com.ar/peliculas/paisajes-devorados.html
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